Soulmates #Love #Love #Hate #Hate #Hate #Hate

- Hmmm - Tahiel murmuró distraído mientras sacaba su billetera para depositar en la caja lo que debía de las pizzas de los chicos y lo del vecino y hacía los tickets para que quedara la compra registrada.(?

- Entonces ahora tenes que volverte a pie? Si me esperas eso de media hora termino acá y te llevo - Se ofreció antes siquiera de darse cuenta lo que decía. Lo hizo recién cuando terminó lo que hacía y cerró la caja. Se quedó quieto un momento, con el ceño algo fruncido. ¿Qué? ¿Qué acababa de decir? ¿Por qué tenía que alcanzar al vecino? Maldijo su bocota en silencio mientras se ponía a hacer otros preparativos para el cierre. ¿Desde cuando era tan bueno? ¿Él? Ofrecerse a hacer algo por otro, a quién apenas conocía, no era su estilo y se supone ya estaban a mano por lo de antes cuando le invitó la cena. Así que por qué tenía que haber abierto su maldita bocota!? No es que pudiera retractarse ahora.... Gaaaaaaah Dx

Fue bueno que la oferta de Tahiel le llegara en un breve receso entre porciones, de otra forma de hubiera atorado con el bocado. A pesar de la sorpresa, procuró ser discreto con su reacción aunque guardó silencio un momento, repasando la conversación.

-Seguro; si no es problema- respondió, finalmente, sonriéndole a medias mientras comenzaba la porción siguiente y la comía más despacio, cosa de mantenerse entretenido con eso y poder darle a la charla una muy necesaria pausa. Estaban avanzando en terrenos desconocidos, y era mejor hacerlo despacio. Después de todo, odiaría hacer algo que le fuera a causar una relación complicada con su vecino de ahora en más.

"Uhg... Aceptó... Dx" Tahiel se limitó a asentir con la cabeza en demostración de que lo había escuchado y siguió con sus cosas. Guardó silencio y lo mismo hizo su vecino.
Poco después, a las diez menos cuarto, comenzaron a irse los empleados de la cocina y a las diez menos diez apareció el dueño del establecimiento para bajar las persianas.

- Cuando el último cliente se vaya ya podes irte. - Le avisó a Tahiel al pasar a su lado, señalando al rubio. El pelinegro? No perdió tiempo en ir a buscar sus cosas, el casco de la moto y su mochila, y luego volver hacia el mostrador.

- No tengo un casco de mas... Así que si me salta una multa me vas a ayudar a pagarla. - Le avisó a Anthony apoyándose contra la barra a su lado, con la mochila al hombro y el casco colgando de uno de sus brazos.

Observó en silencio y de reojo los movimientos de los diversos empleados que claramente marcaron la hora de salida. Asintió a modo de saludo ante la mirada de quien, presupuso, era el dueño (o al menos el jefe) y esperó el regreso de Tahiel.

Estaba revisando la austera decoración del local cuando el morocho reapareció en el cuarto, casco en mano. Le dedicó media sonrisa ladina. -Si llega a llevarte alguna multa, me avisas- replicó algo divertido ante la advertencia y se puso de pie.

Siguió a su vecino fuera del local y hacia donde creyó debía tener estacionada la moto. Se preguntó qué clase o modelo tendría, pero tomando en cuenta su empleo y modo de vida (lo poco que sabía por Timothy) seguro andaría por algo económico de la línea Yamaha o Suzuki. A menos que fuera tan tonto como para comprar una Gilera; eso era ser dueño de un problema.

El misterio se reveló ante él cuando dieron con una hermosa Suzuki 150cc., pintada a mano (sabia con certeza que no había q color de fábrica). Exclamó con un silbido al verla. -Es hermosa. La tienes impecable. Y el color es increíble- se emocionó, olvidándose de su cansancio por un momento.

Tahiel no pudo evitarlo cuando sonrió satisfecho y soltó un bufido soberbio. Claro que la tenía impecable, con lo que le costó comprarla.

- La compré usada y la pintura estaba hecha un desastre así que tuve que hacer algo. - Le comentó regodeándose internamente(? mientras se ajustaba las correas del casco. (nop. No te voy a dar el,casco. Ni que fueras Timothy. Vos rompete la cabeza. Perdón. Lo pensé y tenía que registrarlo xD)

- Estaba entre este color o algún verde musgo. - Siguió mientras sacaba la llave de su bolsillo y hacía contacto. La figurilla plástica de un gato negro unida al otro extremo de la llave se columpió bajo en manubrio en espera a que subiera el otro pasajero.

Pareció pensárselo un momento mientras lo observaba subirse y arrancar la moto.

-El verde musgo es más tradicional de las chopper o de una moto pesada, como una guerrero //modelo típico de los motoqueros de pandilla//- comentó- Yo creo que elegiste bien. Y eres muy bueno, hubiera jurado que la llevaste a un chapista- admitió y se subió detrás suyo.

Se sujetó por costumbre, luego de años de patrullar en moto, presionando ambas rodillas en las caderas del otro y poniendo ambas manos a cada de la rejilla portaequipaje. La cercanía bastó para que se diera una extraña sensación de calidez y comodidad. Estaba a gusto así, algo que nunca había pasado con un desconocido al volante. Las primeras veces con sus compañeros se había sentido algo nervioso y había permanecido alerta. Pero esta vez, no. Estaba seguro de que no había qué temer y de que estaba en buenas manos. Decidió no darle mucha importancia; seguro era el sueño.

- Un chapista? A penas y me atreví a pagar la pintura. - Esperó a que se subiera y tuvo que darse vuelta para ver si su acompañante estaba bien agarrado. Casi no notaba que estaba tras de él, ni siquiera sentía la presión de sus rodillas contra su cadera.
Pero una vez confirmado que no había riesgo de que se callera, arrancó la moto y emprendió el viaje hacia el apartamento.

Apenas y era consciente del peso a su espalda, si no fuera por la situación podría olvidar que estaba allí y, aunque le pareció extraño, cuando recordó que estaba acostumbrado a viajar con Timothy abrazado a él con fuerza y gritando en su oído se le hizo bastante lógico.

Había andado en moto muchos años, tanto en la propia como en la que le proporcionó la fuerza tiempo después. Y no se había dado cuenta de cuánto lo extrañaba hasta este momento. Llevaba casi 3 años sin subirse a una, habiendo tenido que recurrir a un vehículo cerrado y veloz por cuestiones de trabajo y seguridad, y ahora lo golpeaba una extraña ola de nostalgia y entusiasmo. Debería considerar comprarse una para sus días libres y vacaciones, pensó. Era algo para tener en cuenta para calcular gastos, con su próximo recibo de sueldo.

Disfrutó del viaje, aunque breve, siguiendo los movimientos del conductor con practicada habilidad. E incluso se le hizo demasiado corto. Para cuando volvió a prestar atención, estaban a una cuadra del edificio. Había pasado mucho desde que había estado tan relajado. Pero también había pasado mucho sin andar en moto y era probable que ambos estuvieran relacionados //No, claro que no es el tirón(?)//.

Esperó a que Tahiel la estacionase en la puerta para bajar, y mientras la encadenaba para que no pudieran robársela, buscó las llaves y abrió la puerta principal, manteniéndola asi con un lado de su cuerpo para que el otro pudiese entrar en cuanto estuviera listo.

Cada vez que paraban en un semáforo, Tahiel sentía la necesidad de confirmar que su acompañante no se había caído. Ya sea concentrándose en las rodillas que se presionaban contra su cadera, viéndolo por algún reflejo de los vidrios de un auto cercano o el de alguna vidriera de las veredas. Sólo un par de veces se atrevió a girarse para confirmarlo con la vista pero no más. No quería dar una impresión equivocada... Hubiera sido mas fácil si en vez de sujetarse de la rejilla portaequipaje se hubiera agarrado de él, si lo abrazaba y se pegaba a su espalda sabría con certeza que seguía ahí pero apenas pensó aquella opción la descartó ¿Acababa de pensar en que prefería que lo abrazara? ¿Su vecino? ¿El loco de los perros? ... No gracias.

Cuando llegaron al edificio ambos se bajaron de la moto y mientras Tahiel encadenaba la moto al poste de luz más cercano, Anthony abrió la puerta de entrada y lo esperó.

- Gracias. - Masculló un agradecimiento formal al pasar al lado de su vecino después de verificar varias veces que la moto había quedado bien sujeta y siguió de largo para llamar al ascensor que bajó en poco tiempo. Una vez ambos dentro mientras la caja metálica subía, Tahiel no encontró otra cosa que hacer además de observar al rubio. Quiso golpearse contra el espejo cuando en sus pensamientos distinguió un "Es apuesto" ¿¡Qué le importaba si su vecino era apuesto o un horrendo bagarto!?
Después de eso desvió su vista hacia la puerta del ascensor y notó que comenzaba a tener calor ¿O era de antes? debía ser efecto del viaje en moto...


[Bueno, Tahiel tiene calor. Ve a saber por qué. Y la gente con calor se pone colorada, pero sos libre de ignorarlo o que Tato sea un excepción o que no tenga tanto calor. xD]

//Volviéndome a descostillar de risa con lo de horrendo bagarto. Ches te amo xD//

Lo siguió hasta el ascensor donde tuvo, probablemente, uno de los viajes más incómodos y breves de su vida. Se instaló entre ellos un silencio tenso y algo molesto, que de alguna forma lo invitaba a estudiar al otro. Se limitó a observarlo por el reflejo, descubriendo que de hecho su vecino hacía lo mismo. Tragó en seco y pasó su peso de un pie al otro.

Suspiró casual y le dirigió una última mirada a Tahiel ahora que sabía estaba mirando con furia gélida la puerta. Estaba sonrojado? Era relativamente fácil de ver debido a su tez. No hacía tanto calor afuera... Entonces se dio cuenta que estaban encerrados en un caja metálica con él dentro. Sus compañeros se habían quejado de su tendencia a irradiar más calor del que uno quisiera en días cálidos. Seguro no lo había notado, pero había subido la temperatura del reducido espacio un par de grados. Se apartó un poco del otro para ver si eso ayudaba en algo mientras esperaba el rápido "ding" del ascensor al llegar a su piso.

Sé apartó. Tahiel lo notó por el rabillo de su ojo y su cuerpo se movió solo, debió haber perdido el equilibrio cuando el ascensor frenó en el piso. Se inclinó y se apoyó sobre la pared del ascensor, con su mano al costado del rostro de Anthony apresándolo en el espacio ya reducido y, coincidencia del momento, su vista cayó en los labios del rubio.

Tahiel tosió aclarándose la garganta y se alejó para apurarse a abrir la puerta, salir de allí y huir de aquella incómoda situación. Aunque se encontró deteniéndose por costumbre a esperar a que Anthony saliera del ascensor y cerrar la puerta tras él. ¡Ni que fuera su hermano! Tuvo que haber seguido de largo hacia su departamento.... Cosa que hizo después.

- Hasta luego entonces. Buenas noches. - Se despidió sin decir nada sobre el accidente previo, ni que hubiera algo que pudiera decir, y huyó a encerrarse dentro de su apartamento.

Sólo cuando la puerta de su apartamento estuvo cerrada detrás suyo volvió a respirar. La ardía un poco el rostro, a pesar de que ni sabía porqué, y no terminaba de procesar lo que acababa de pasar. Eso había sido... Incómodo. Pero no por las razones que hubiera creído. Se encontró sorprendido consigo mismo, dado que le llamó más la atención lo inesperado que lo que ocurrió en sí.

Había sido "aprisionado" contra la pared por su vecino, un hombre, y lo que le molestaba era el hecho de no habérselo visto venir y reaccionado diferente. Y era la primera vez en su vida que albergaba un pensamiento semejante en un escenario que incluía a otro hombre. Suspiró, adentrándose en su casa mientras se cambiaba. Esto nunca había pasado... Estaré demasiado cansado, concluyó ya metido en la cama. Estaba leyendo demasiado donde no había nada. Sería mejor meditarlo en la mañana; por ahora, necesitaba dormir.

Una vez dentro se tranquilizó un poco. No había pasado nada, sólo una pérdida de equilibrio... Entonces por qué seguía teniendo calor!? ... Ni siquiera sabía por qué tenía la sensación de que ambas cosas estaban relacionadas...

Tahiel chistó molesto mientras dejaba su bolso a un lado y se quitaba la remera para quedar en cuero queriendo que ese calor se le pasara rápido. Luego fue directo a la cocina a distraerse y algo para la cena. Unos fideos pasados y pastosos con manteca, pero comestibles.

Olvidó lo sucedido mientras se tragaba aquella cosa que sólo él y su hermano (por costumbre pobre...) podían llamar comida y daba vueltas en algunos canales de televisión.
Vio el anuncio de una nueva exhibición de joyas en la ciudad y lo anotó para investigar luego, tal vez haya algo interesante para obsidiana.

Cuando terminó lavo su plato y se encerró en el estudio a trabajar en sus joyas antes de que lo venciera el sueño y se fuera a dormir.

Tahiel se despertó en mitad de la noche. ¿Qué había soñado? No lo recordaba exactamente pero aún sentía las manos que lo habían recorrido, la sensación de alguien recostado contra su espalda su espalda y, por sobre todo, el entusiasmo de su parte baja.
Agradeció que Timothy no estuviera y se hubiera quedado a dormir en lo de su amigo mientras se quitaba los pantalones sin salir de debajo de sus sábanas y se dedicaba a complacerse como hace tiempo no había podido, sin preocuparse de que su hermano menor apareciera.

Despertó a mitad de la noche sintiéndose increíblemente molesto e incómodo en su propia piel. Sentía... Cosquilleos. Y lo hubiera adjudicado a algún sueño a medio recordar si la sensación no fuera tan persistente. Se encontró a si mismo reaccionando por ninguna razón aparente e incluso su respiración se agitó un poco. No tenía sentido, no era como si hubiera estado toqueteándose dormido... Le llegó como un eco lejano y todo tuvo sentido de repente. Cerró los ojos y suspiró, interrumpido por una oleada de placer que él no había invocado.

<Alguien se está divirtiendo> consideró lo incómodo que podía ponerse, ya que estaba interponiéndose en un momento más bien delicado, pero tenía que devolver el favor de la última vez. Además, si su soulmate seguía, se vería obligado a tomar medidas físicas para apaciguar su propio cuerpo un poco.

Respiraba agitado debajo de sus sábanas, soltando algún que otro suspiro de vez en cuando. Mientras más seguía e insistía, más sentía que le faltaba algo e hiciera lo que hiciera no conseguía llegar al climax.
Tenía la sensación de que su sueño, sea lo que sea que haya soñado, había sido, con creces, mucho mas placentero.
Maldijo y volvió a maldecir cuando ésa voz resonó en su cabeza. Sobre todo porque apénas la escuchó sintió que estuvo a punto de conseguir lo que desdehace ya un tiempo estaba intentando y su sensación de que "algo falta" se hizo un poco mas leve.

<Jeh, lástima que a ésta hora seguro que no estás en el trabajo ni nada por el estilo.> Se quejó sin detener sus acciones y notó con un leve gemido cómo se acercaba un poco más a su obetivo.... El problema debía haber estado en que antes se debía estar concentrando demasiado... (!?)

Formó una leve sonrisa vengativa al ocurrírsele una idea y separó una de sus manos para llevarla más hacia atrás. Si aquélla noche él había sentido con todo detalle los roces que su "querido soulmate" había tenído por qué no mestarlo ahora con sensaciones que apostaría le serían nuevas y no tan agradables. De paso seguiría con su cometido de autocomplacerse.

<Espero lo disfrutes.> Se rió dirigiéndole el comentario, mientras comenzaba a deslizar uno de sus dedos por su parte trasera, sin haber dejado desatenida su delantera.

De alguna forma sus palabras no lo sorprendieron tanto pero no estaba poniéndole tanta atención como debiera, su cuerpo estaba distrayéndolo. Tenía la temperatura por el cielo y, finalmente, no hubo forma de dejar sus necesidades sin atender. El extra de estímulos le fue ajeno, extraño, pero no menos placentero. Decidió no cuestionarlo demasiado y suspiró, entregándose al placer con los ojos cerrados, bajo las cobijas, consumiéndose casi en silencio. No quería que los perros se despertaran. Envió un par de insultos vía mental, como amenaza para que le otro no se detuviera; estaba claro que sólo por eso se sentía muchísimo mejor que cuando lo hacía solo.

Tahiel maldijo mientras mas gemidos salían de sus labios. El placer de repente se había incrementado, demasiado ... Como si ese maldito de su soulmate se hubiera sumado y también estuviera...
No duró mucho más hasta que aquella sensación recorrió todo su cuerpo y terminó con lo que había empezado.

- Tsk... - Chistó cansado luego tomar aire varias veces. Su plan para molestarlo ni siquiera parecía haber servido...
Se limpió un poco en las sábanas y no se molestó en volver a ponerse los pantalones antes de pararse, solo agarró ropa interior limpia antes de ir directo hacia el baño para darse una ducha rápida.
Salió solo en ropa interior y el pelo húmedo y así tiró sus sabanas y lo que había usado de pijama al lavarropas.

Si su maldito soulmate quería placer, placer iba a tener. Y ojalá que se volviera loco por ello.
Tahiel revolvió el fondo de su armario hasta encontrar el único pantalón ajustado que tenía (que si no fuera por la mudanza ni sabía que aún le quedaba alguno), se puso un cinturón de tachas y fue al estudio a buscar un par de cadenas que colgó a un costado. Volvió a su habitación a buscar una de las musculosas también ajustadas que usaba cuando era obsidiana y después de ponérsela maldijo volviendo al baño.
Sacó un par de vendas del botiquín y las ajustó lo mejor que pudo alrededor de su maldito tatuaje. Volvió al estudio otra vez para buscar un par mas de cadenas que puso alrededor de su cuello y sacar un par de accesorios de una caja que hace años no usaba. Dos aritos que puso al costado izquierdo de su labio inferior, otros tres en su oreja izquierda, dos mas en la derecha mas uno doble con una cadena que iba desde la parte superior de la oreja hasta el lóbulo. Todos de presión.

Soltó una risa mientras se terminaba de colocar el último. Si no hubieran sido de presión su padre se hubiera encargado de dejarle toda cara y orejas rajadas cuándo se los hubiera arrancado por los golpes. Después del primero, uno normal en el lóbulo donde aún podía distinguirse la cicatriz, no volvió a hacerse ningún agujero. Por suerte. Ahora mismo no sabría qué hacer con tantos agujeros...
Después de confirmar su "look" en un espejo se puso unos borsegos negros /como el resto de su ropa/ que ajustó pero no se molestó en atar y dejó el pantalón por dentro.

Suspiró y soltó otro chasquido no muy convencido con lo que estaba haciendo... Hace años no salía así... Y hace años que no tenía tiempo para él...
Agarró las llaves del departamento y de la moto y abrió la puerta para salir a llamar al ascensor. Ni se molestó en agarrar el casco, con tanta cosa puesta en la cabeza solo iba a molestarle. Tampoco un abrigo. No iba lejos.

<La noche aún no acaba.> Tiró la frase solo para molestar a su soulmate. Y Tim no llega hasta mañana, entrada la tarde. Tenía que volver antes de entonces si no quería que su hermano lo viera con esa pinta Dx

Estaba tendido en la cama, con la respiración agitada, cuestionando sus elecciones de vida. De verdad acababa de compartir una sesión masturbatoria con su soulmate? La idea debería repugnarlo pero no pudo forzarse a pensarlo de ese modo... Aunque no podía pensar en nada en absoluto. Optó por una brevísima ducha para tranquilizar su pobre mente y, de paso, lavarse. No tenía ni ganas de cambiar las sabanas asi que, probablemente, se fuera al sillón luego.

El críptico mensaje lo dejó pensando un buen rato pero, una vez que estaba cómodo en su sillón, empezó a quedarse dormido.

- Un vaso de agua. - Trabajaba en la barra del bar desde hacía casi diez años, y en todo ese tiempo solo una persona se había acercado a pedirle sólo agua. Raymond se dió vuelta algo sorprendido.
- Tahiel? - Preguntó extrañado antes de reír y darle el maldito vaso de agua que siempre pedía. - Qué haces acá? Literalmete, hace años que no pisas el bar. - Se rió y se encimó a la barra con intención de mantener una charla a través del ruido ensordecedor de la música.

Tahiel se quedó hablando con su amigo un rato, olvidando el motivo inicial de por qué estaba ahí hasta sintió una manos sobre sus hombros y una chica se asomó por su costado.

- Ray! No me digas que éste es el que creo que es! - La chica, Miriam, preguntó al bartender antes de saludar a Tahiel con entusiasmo. - Te mudaste? No me avisaste! Estuve llamando como una idiota a tu casa varias veces antes de que me atendiera el nuevo inquilino! - Se quejó y Ray volvió a reírse, sirviéndole a Miriam su trago habitual antes de que los tres se pusieran a hablar entusiasmados sobre los viejos tiempos y ponerse al día.

- Ya deja de mirar hacia la puerta. Tu moto va a estar bien. Todos en mi territorio saben que no tienen que meterse con una Suzuki azul petróleo. - Tahiel hizo una mueca mientras Ray le palmeaba el hombro y Miriam se colgaba del otro y abrazaba su brazo.
Raymond ojeó el bar confirmando que no quedaban muchos clientes y luego miró la hora, casi eran las 6am ... Podría cerrar...
- Saben qué, ésto me recuerda a los viejos tiempos. - Terminó comentando, pícaro, mientras les guiñaba un ojo y pasaba del otro lado de la barra para anunciar el cierre del bar.

Miriam soltó una risa en respuesta a la sugerencia del bartender y se tiró aún mas sobre Tahiel, sin ser para nada discreta. - Cierto. Hace mucho no nos visitas Taty, y encima te viniste todo arreglado ¿Hace mucho que nadie te atiende no? - Las manos de la mujer ya casi estaban dentro de sus pantalones y Tahiel no pudo mas que sonreír acorralado. - Tan obvio soy? - Preguntó a sus amigos de la secundaria y ambos respondieron. Ray ya había cerrado el bar y echado a la gente extra, ahora se acercaba al pelinegro por la espalda. - Demasiado obvio. - Le susurró sobre su cuello antes de morderlo, despacio y acariciando su espalda.

Exactamente como en los viejos tiempos. Raymond guió a Tahiel hasta una de las mesas sobre la que se sentó con él en su regazo. Miriam se encargo de bajarle los pantalones y se arrodilló para atenderlo con su boca, mientras Ray se encargaba de estimular su cuello y preparar su entrada trasera con sus dedos.

/ Resumen: TRÍO con ex compañeros de secundaria, como en sus viejos tiempos. Para hacer cosas turbias. Disfrutalo./

Había estado profundamente dormido por un buen rato cuando el placentero cosquilleo lo trajo de regreso a la tierra de los vivos. Abrió los ojos, la mente todavía nublada por el sueño y el cansancio, intentando procesar lo que pasaba. Pero qué? Las oleadas de placer se hicieron más intensas y gimió por lo bajo. Qué demonios estaba haciendo ahora su soulmate? Lo que fuera, estaba empezando a enloquecerlo. Si bien la sensación era agradable, le antojaba ser tocado de verdad por otro ser vivo, aunque estaba demasiado cansado por otro lado. Maldijo por lo bajo. Que rayos..?

Raymond rodeo el torso de Tahiel, debajo de su remera, con su mano libre hasta llegar a uno de sus pezones y ponerse a jugar con el - Viniste con los piercing que le encantan a Miriam - Susurró en su cuello mientras éste soltaba profundos y pesados suspiros. - Y la ropa ajustada que me prende a mi. Mas obvio imposible. - Continuó insertando otro dedo en el morocho que no pudo evitar soltar un quejido.
- No tenes vaselina o algo? - Terminó su protesta con un audible gemido que Miriam le provocó antes de liberar su boca y poder hablar.
- No para alguien que hace años no viene a entretenernos. ¿No amor? - Preguntó la mujer al hombre que Tahiel tenía detrás mientras se quitaba la minifalda; sobre su cadera había un pequeño tatuaje con un nombre "Raymond". Tahiel soltó un bufido al verlo. - Ya había olvidado por qué ustedes disfrutaban tanto esto. - Comentó y de nuevo su voz fue interrumpida por nuevos estímulos. Ray había pellizcado con fuerza su pezón a la vez que Miriam se había acercado para mordisquear el otro por sobre su remera.
- Si. No hay beneficios hoy para vos Taty. - Raymond coincidió con su soulmate, el tatuaje con el nombre "Miriam" aún oculto por la ropa en su espalda baja. - Tenemos que castigarte. - Agregó y fue interrumpido por la risa de la mujer que había subido una de sus rodillas a la mesa para rozar su parte intima a través de su ropa interior contra la erección de Tahiel. - Lo decís como si no fuera a disfrutar de lo lindo con su castigo. - Miriam rodeó el cuello del pelinegro para llegar a su correspondiente soulmate y unir sus labios en un húmedo beso, por sobre el hombro de la persona que estaba atrapada en el medio. Quién poco después recibió el mismo beso de parte de ambos sin que dejaran de estimularlo hasta el punto que no podía /ni quería/ contener más sus gemidos.

...Estaba. En. El. Infierno. No había otra forma de describirlo. Se incendiaba desde adentro, desde lo más hondo de su cuerpo. Sentía cada fibra, cada terminal nerviosa, retorciéndose en más placer del que podía tolerar. Le costaba pensar o siquiera mantenerse quieto. Sus manos no eran suficientes y no creía que las manos de alguien más fueran a bastar. Es más, dudaba que su soulmate, el madito hijo de perra, estuviera con sólo una persona más. Pero no podía traerse a preguntar. No quería preguntar. Sólo quería... Ser libre de semejante... /ardor/. Como usuario de fuego jamás había estado tan cerca de sentirse en llamas. Tembló en el sillón, hirviendo, pero sin poder alcanzar satisfacción. -Maldito... Seas- susurró, mordiendo el almohadón que estaba contra el apoyabrazos. -Maldito seas-

- Miri, miri~ - Ray dejó el pecho de Tahiel para acariciar a la mujer. - No queremos que el pobre Taty tenga una estadía corta, no? - Le dijo con malicia y Miriam al instante paró el movimiento de sus caderas. - Además. Me están matando. - El hombre dejó la mejilla de Miriam para acariciar la de Tahiel que respiraba agitado, subir hasta introducir un par de dedos en su boca y hacer un par de movimientos sugerentes con ellos entrando y saliendo de ella. - Yo también necesito un poco de atención. - Terminó Ray guiñando cómplice y Miriam entendió al instante. Se frotó por última vez con un poco mas de fuerza contra Tahiel sacándole un fuerte gemido y se alejó dejando que Raymond pudiera empujar al pelinegro para poder pararse y e ir a sentarse sobre el sillón mas próximo, perdiendo su ropa en el camino.

- Taty~ - Lo llamó con una seña sugerente mientras palmeaba su regazo y Tahiel volvió a bufar. - ¿Te encanta que te la chupe, no? - Preguntó sin poder evitar una sonrisa ladina mientras era empujado por Miriam hasta el hombre y se arrodillaba frente a él. - Nadie lo hace mejor que vos. - Le respondió Raymond tomando al pelinegro del cabello, guiándolo hacia su entrepierna e ignorando un "Ey!" Divertido de Miriam quien ya estaba tras Tahiel tomándolo de sus caderas para que las levantara. - Me sigo ocupando de esto? - Preguntó y le llegó un "Sí" Atenuado de Ray. Miriam soltó otra risa. - Parece que aunque se haya oxidado un poco nuestro querido Taty no perdió su técnica. - Apreció antes de agacharse a lamer el orificio del mencionado mientras iba insertando un dedo tras otro, teniendo cuidado con su manicura.
Del otro extremo, Tahiel había tomado el miembro de Raymond en su boca, de una y hasta el fondo. Solo se detuvo un instante mientras unas pequeñas lágrimas se formaban en sus ojos al tener algo atorado en la garganta antes de comenzar a moverse y utilizar hábilmente su lengua. Raymond no resistió mucho antes de comenzar a mover sus caderas por su cuenta y guiar frenético la cabeza del pelinegro para satisfacerse.

Le costaba respirar o siquiera pensar. Había perdido control de su cuerpo y su cerebro estaba en sobrecarga. Reconocía que no eran sensaciones de su propio cuerpo pero aunque atenuadas, las ajenas estaban tan mezcladas que eran demasiado para procesarlas. No era de sentir calor, pero estaba seguro que la temperatura del cuarto se tenia que haber ido al demonio para que él estuviera transpirando de esa manera. Incluso empezaba a percibir un dejo ahumado de algún lado, aunque no podía saberlo con certeza. Cruzaba y descruzaba las piernas, se le retorcían los dedos de los pies. Echó la cabeza hacia atrás y exhaló un profundo gemido, teniendo que hacer un esfuerzo pronunciado para respirar. Estaría el otro amordazado?! No tenía la menor idea pero sí necesitaba que esto llegase a su fin. CUANTO ANTES.

- Ray! Ray Ray Ray Ray! - Ésta vez fue Miriam quién frenó a Raymond cuando lo sintió a punto de explotar. - ¿Qué me dijiste antes? - Le preguntó divertida acercándose para besarlo y separarlo del pelinegro que no pudo evitar toser cuando fue libre y pudo volver a respirar sin restricciones. - Jajajaja seguís teniendo cero autocontrol. - Ésta vez fue el turno de Tahiel de reír mientras descansaba un poco sentado en el suelo.

El recreo no le duró mucho. Miriam dejó a Raymond para volver a él, hacer que se parara y llevarlo a un banco acolchado lo suficientemente largo como para que se acostara y allí lo sentó, ella sobre él y lo empujó hacia abajo mientras lo besaba.

- Raaaayy apurate. - Gimió la mujer casi desesperada mientras se frotaba en el abdomen del pelinegro y metía su lengua hasta su garganta. Que tahiel se estuviera encargando de jugar con sus senos mientras le quitaba la camisa y el corpiño transparente que tenía no la ayudaba.

- Ya voy. - Raymond se alejó con la voz ronca a revolver tras la barra y Tahiel notó como volvía y tocaba su miembro poniéndole el forro. - Ya. - Le avisó a Miriam que al instante se alejó un poco para quitarse la ropa interior y besar ansiosa a su soulmate que la ayudó, guiando sus caderas a empalarse en un miembro ajeno.
Miriam gimió y Tahiel soltó un suspiró que se convirtió en varios cuando la mujer comenzó a moverse muy despacio.

- Ray. - El pelinegro se quejó mientras lo miraba acercarse a su rostro pero no hizo nada por detener los labios que se acercaban. - Qué te tomaste? - Le preguntó cuando su lengua fue libre. Había notado lo que creía una pastilla entre sus bocas...

- Viagra. - Le respondió con una sonrisa picara mientras besaba el hombro de Miriam. - Y Miri tiene uno para vos. No queremos dejarla con ganas después ¿No? - Dijo poniendo una pastilla en los labios de la mujer antes de incitarla a que se agachara a besar a Tahiel y se la diera.

- Lo que sea. Sólo apurate. - Llegó a quejarse con la voz ronca y el deseo palpable mientras levantaba sus piernas y agarraba sus rodillas (en un claro "Métemela de una vez carajo!") antes de que sus labios estuvieran ocupados otra vez.

- Jajaja. - Raymond rió mientras se apresuraba a ponerse su forro y hacer lo que le pedía. Tahiel se alejó con un quejido del beso de Miriam y no pudo evitar soltar un insulto. - La puta que te parió! - Que solo hizo reír mas al hombre y que la mujer se le uniera. - Está más desgastado de lo que creímos Ray. Eso que lo preparamos bien. - Se burló la última continuando sus lentos movimientos de cadera mientras se giraba para besar al mencionado y éste la abrazaba por la espalda y masajeaba sus senos. Quedándose quieto dónde había entrado.

- Ugh... - Tahiel se quejó e intentó mover sus propias caderas pero entre el peso de Miriam, el apoyo de Raymond y lo debilitado que se encontraba por el placer, le fue imposible. - Pueden ... Moverse de una maldita vez. - Se resignó a pedirles, mordiendo impotente una de sus muñecas.

Ambos rieron. - No que te había dolido? - Se burló Ray y Miriam se le unió. - Pobrecito Taty no tiene paciencia~ -
- Muévanse de una maldita vez! - Tahiel volvió a exigirles desesperado y torturado por los extremadamente lentos movimientos de Miriam. Además de mas risas, recibió lo que había pedido y no pudo mas que sentir alivio e inmensurable placer cuando gemidos descontrolados comenzaron a salir de su garganta.

Raymond intentó ser considerado y empezar lento, pero le duró poco y después de un par de embestidas ya estaba moviéndose frenético. Ganándose un par mas de insultos de Tahiel, cosa que le fue todo un reto entre sus incesantes suspiros, gemidos y exhalaciones. Aunque le había dolido un poco, el placer no tardó en aplacarlo.
Miriam también aceleró sus movimientos guiada por el impulso de Raymod mientras éste seguía masajeando sus senos y dejaba besos y mordiscos en su espalda, hombros y cuello.
Por su parte ella estimulaba los pezones de Tahiel, pellizcándolos o mordiéndolos de ves en cuando mientras también dejaba besos y mordiscos en su pecho y cuello. Pero se concentraba mas en enterrarse en sus labios.
Mientras tanto, Tahiel sólo podía concentrarse en las sensaciones y disfrutar devolviendo los besos de Miriam y sin otra cosa que hacer con sus manos que sujetarse con fuerza de los bordes del banco hasta que Raymond agarró una de ellas y la guió hasta el trasero de Miriam donde lo empujó a introducir uno de sus dedos, junto con uno de los suyos.

- Ha? Ay si! Ray! Por favor! Después seguís con Taty. - Rogó la mujer a su soulmate deteniendo su cabalgata y recostándose sobre Tahiel para llevar sus manos hacia sus nalgas y separarlas dejándole el camino libre a Raymond que no dudó mucho antes de cambiar de objetivo. - Las mujeres primero. - Murmuró ronco mientras se introducía despacio.

- Tsk... - Tahiel calló su protesta por la repentina pausa. - De todos modos ya me estaba cansando de ser tan pasivo. - Se quejó y cuando Ray ya estuvo listo se incorporó y se movió un poco para dejarle espacio al otro a que se sentara sobre el baco con Miriam entre ambos. Ella fue la primera en moverse, impaciente mientras se sujetaba de los hombros de Tahiel y exhalaba en su cuello. Raymod se pegó a la espalda de su soulmate y tiró del pelo de Tahiel para que se acercara y entrelazaban de nuevo sus lenguas mientras se coordinaban para embestir a Miriam por turnos(?). Tahiel aprovechó su posición en la delantera para besar, masajear y succionar(?) los senos de ella.

Con una serie de gemidos fuertes y encadenados(???) Miriam fue la primera en caer rendida ante el doble estímulo y a duras penas Tahiel pudo detenerse aunque también se sentía a punto de acabar, y también detuvo al impaciente y sediento Raymond. Dejaron a Miriam (al borde de perder la consciencia?) descansando en el banco y Tahiel empujó apresurado a Raymond hacia el sillón en el que había estado antes. Lo sentó y acto seguido se sentó sobre él. Abrazó su cuello y recorrió su boca mientras no lo pensaba dos veces para empalarse(? Y volver a tenerlo dentro suyo. Un "mierda" algo adolorido fue amortiguado entre los besos pero no impidió que ambos comenzaran a moverse de forma desenfrenada.

Poco después Tahiel perdió toda su fuerza mientras un grito prolongado salía de su garganta mientras al fin eyaculaba y se recostaba con todo su peso contra el pecho de Raymond que, aunque se había detenido un momento volvió a embestirlo sin demora.

- Ray... Pa... Para aah(?) - Suplicó Tahiel apenas pudiendo hablar y Ray lo beso en la mejilla. - Yo nunca paro si no estoy satisfecho. Lo sabes. Y esto - Puso una mano sobre el miembro del pelinegro aún erecto por efectos de viagra(?) y comenzó a masturbarlo despacio. - Me dice que querés más. - Le susurró.

- No Ray. Para un poco. Ayúdame a darlo vuelta. - Miriam /revivió (?)/ se acercó ya recuperada a besar a su soulmate y hacerlo detenerse. Entre ambos dieron vuelta a Tahiel que no tenía fuerzas para moverse, menos para resistirse.... Y tampoco podía afirmar que quería hacerlo.
Después de darlo vuelta Miriam se subió sobre el regazo de los dos y volvió a tomar al miembro de Tahiel. - Mas les ... Vale que no... Me arrepienta. - Se esforzó a decir el del medio y como respuesta tuvo un unánime -Claro que no. - Pero cuando Miriam quiso comenzar a disfrutarlo, Ray la detuvo.

- Amor, te recostas? Con los dos no puedo y Taty es un peso muerto. - Le pidió mientras la empujaba hacia un costado del sofa. Miriam le hizo caso mientras reía y, ahora si, una vez acomodados los tres a medio sentar de costado en el sillón(?), los dos soulmates comenzaron a moverse de forma sincronizada aprovechándose de Tahiel y, ésta vez, concentrándose en la búsqueda de su propio placer ignorando los gemidos y quejidos de éste.

Como era de esperarse Raymond no duró mucho más, pero a diferencia de Tahiel, él no había perdido la práctica y éso sumado al viagra y a los estímulos de su soulmate que aún seguía lo devolvieron al ataque en poco tiempo.
----------????
- Son... unas mierdas... Los dos. - Un par de carcajadas respondieron las palabras murmuradas que Tahiel apenas pudo pronunciar.
En algún momento había caído inconsciente y estaba seguro de que aquello no había detenido a aquel par de bestias.
- y? Te arrepentís? - Le preguntó Miriam divertida, estaba recostada junto a Raymond en otro de los sillones, ambos abrazados aún desnudos y compartiendo un cigarrillo.

- .... No... - Tahiel no pudo negarlo mientras luchaba por incorporarse en el sillón en el que se había despertado, el mismo sobre el que había perdido el conocimiento. Estaba hecho mierda, tampoco podía negarlo. Esa simple tarea le había costando un montón y estaba seguro de que mañana a mas tardar le dolería todo. Pero estaba tan exageradamente relajado que tenía fuerzas para nada y tampoco le importaba nada sumado a que literalmente hacía años que no se sentía tan bien ni había experimentado tanto placer.

Con su respuesta, la pareja de soulmates rió de nuevo y ésta vez fue el turno de Ray de hablar. - Cuando quieras te llevo a tu casa, no se si podes manejar tu moto así. - Se ofreció algo divertido y Miriam agregó. - Podes volver cuando quieras, lo sabes. Aun si no es para sexo... Tampoco tenes por qué venir tan obvio. - Se rió de nuevo.